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martes, 25 de agosto de 2009

miércoles, 19 de agosto de 2009

“Santa Alianza”

Por iniciativa del zar Alejandro I de Rusia, junto a él; el emperador Francisco I de Austria y el rey Federico Guillermo III, firmaron este tratado el 26 de Septiembre de 1815.
Aunque se supone que era un acto completamente político, con el Caudillismo, lo que este pacto trataba, era esencialmente religioso.
Los tres monarcas decidieron utilizar como única regla de su gobierno, los principios del amor, justicia y paz, de la religión cristiana.
Debido a esto, los tres monarcas cumplirían con el apoyo incondicional entre ellos, evitando siempre las guerras.

Este tratado no fue aceptado por estadistas como Metternich (conde y príncipe de Metternich), ni por los prusianos. Por esto, el conde reemplazó el tratado por una alianza estrictamente política, el 20 de Noviembre de 1815, entre Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra.
Este tratado también fue conocido como “La Cuádruple Alianza”.
Fue hecho con el fin de mantener a toda costa el absolutismo de la Europa de la Restauración, reprimiendo cualquier intento de alterarlo, aún con intervención militar.

Así nace la llamada Europa de lo Congresos, que fundamentalmente, trataba de mantener la paz y los intereses de los movimientos liberales y nacionalistas.
Los principales congresos fueron:
-Aquisgrán (1818)
-Troppau (1820)
-Liubliania (1821)
-Verona (1822)
En 1818, Francia se une a la Cuádruple Alianza, convirtiéndola en Quíntuple.
Sin embargo, la aversión del gobierno británico a las políticas que funcionanaban a partir de una reacción de aliados, supuso que la alianza cayera en la inoperancia después de mediados de la década de 1820.
El fin de la alianza, se fija con la muerte del zar Alejandro, en 1825.


creado por:
Hugo Silva

miércoles, 12 de agosto de 2009

Vida Cotidiana en Europa Finisecular


Dentro de Europa, no todos los países muestran la misma evolución, a pesar de que se beneficiaban de los ingresos y las capitales invertidas en las colonias. En Reino Unido, por ejemplo, su demografía se duplica favorecida por la evolución económica, por lo que su población va en ascenso, mientras su mortalidad baja considerablemente. Además, se produce una gran emigración hacia América y las posesiones coloniales.
Por otro lado, Alemania, presenta una evolución análoga al Reino Unido pero desfasada en unos cuarenta años; crecimiento que se debe a al crecimiento económico y al impulso moral proveniente de la unificación. La natalidad desciende un poco, pero se compensa con la caída de la mortalidad.
En Francia, la población aumenta, pero cada vez más lentamente, por lo que posee una escasa emigración. Mientras que en España se produce un desfase entre el aumento demográfico y el desarrollo económico quedando como consecuencia un desequilibrio entre recursos y población que impulsa a una gran emigración hacia Francia, Argelia y América. Esta es la tendencia a una corriente centrífuga en el movimiento de la población, con aumento de las zonas periféricas; desfase entre éste y el centro que se produce por el avance industrializador dentro del país. Creando una dualidad cuyas repercusiones más importantes se aprecian en la distribución social y económica del país.
Por otro lado, en Chile se careció de una política inmigratoria, a pesar de lo cual llegaron algunos extranjeros (españoles, italianos, franceses, yugoslavos). Aunque el flujo no fue muy significativo comparado con el total de la población chilena o con la inmigración llegada a Brasil o Argentina. El aumento del desempleo acarreó crisis agrícolas, porque el latifundio se hizo ineficaz para cubrir las demandas alimenticias de una población en expansión. Esto trajo consigo el éxodo rural. Entre 1875 y 1902 la población urbana se amplió de un 27% al 43%, siendo obviamente Santiago la ciudad de mayor crecimiento.

La sociedad Chilena, experimentó una diversificación con la aparición de una clase media urbana compuesta por empleados públicos, profesionales, comerciantes, intelectuales, profesores, militares, técnicos y artistas.
El poder político, social y económico estaba monopolizado por una élite social relativamente pequeña pero homogénea y con sentido de clase. Esta élite u oligarquía se había formado por la fusión de dos grupos: la antigua Aristocracia tradicional terrateniente, y la Plutocracia económica de grandes comerciantes, mineros, industriales, financistas; muchos de este segundo grupo eran de origen no hispano.

El positivismo y los avances científicos hacen al hombre situarse en la cúspide de la evolución y la historia humanas. El racionalismo rige, hasta los actos más privados. Hasta finales de siglo, Nietzsche y Freud dirigen sus dardos contra la rígida moral burguesa, que anula los sentimientos, la espontaneidad, la voluntad. Es el momento en que se descubre lo psíquico, lo emocional, lo impulsivo.
Bibliografia:

Texto creado por
Valeria Figueroa

martes, 4 de agosto de 2009

Las revoluciones liberales en la Europa del siglo XIX

La restauración del Antiguo Régimen Monárquico en Europa de la segunda quincena del siglo XIX fue obra de dos instituciones:
El Congreso de Viena (1814): que estableció dos principios fundamentales, la legitimidad monárquica y el equilibrio del poder
La Santa Alianza: que proclamó la doctrina del sistema de intervención.

Un grave error de la política impulsada por estos organismos fue el absoluto repudio a los principios del liberalismo y el nacionalismo que se transformarán en las grandes ideologías de fines del siglo XIX y comienzos del XX.


En los primeros años del siglo XIX como reacción a la política restauradora imperante surgen en Europa movimientos de carácter revolucionario que se sustentaban en la defensa de las ideas liberales proclamadas por la Revolución Francesa, en la lucha de la burguesía por el poder político y en el clima de descontento reinante en las clases populares debido a la desigualdad económica y social.

La primera mitad del siglo XIX europeo puede ser dividido en tres períodos revolucionarios:

§ 1820 a 1824: revoluciones en: España, Nápoles y Grecia, en estos dos últimos los brotes revolucionarios fueron sofocados, sin embargo, en España la revolución liberal sirvió de ejemplo a los independentistas americanos.
§ 1829 a 1834: los territorios del centro y el oeste europeo se ven convulsionados: Bélgica se independizó de Holanda, levantamiento liberal en Polonia (fue duramente reprimido), el liberalismo triunfa en Suiza, España y Portugal viven un período de guerras civiles entre liberales y clericales, Irlanda se emancipa de Inglaterra y en Francia se produce un nuevo alzamiento revolucionario.
§ 1848: ola revolucionaria de gran magnitud, la revolución estalla nuevamente y con gran fuerza en Francia y en casi toda Italia, también en algunos Estados alemanes, en parte del Imperio Austro-Húngaro, en Suiza, en Dinamarca y Rumania, y de forma más leve en Irlanda, Grecia e Inglaterra.